top of page
Foto del escritorUriel Velazquez Bañuelos

Carta A Mi Yo Del Pasado


 


 

México, 11 de Octubre del 2020

Para mi antiguo yo, Uriel


Desde que comenzó el año, perdí la acostumbré de hablar con las personas, y más conmigo mismo. Ambos sabemos de que se trata todo esto. Nos es más fácil escribir que hablar, así como quien prefiere correr que caminar; da igual quien llegue más rápido si se va al mismo destino. Supongo que es por esto que lo hago así, a nuestra manera.


No recuerdo como, ni cuando, o porque dejamos de sonreírle a nuestros amigos y familiares, incluso a esa señora de la farmacia que diario nos ve comprar sueros de limón. Pero lo dejamos de hacer. Aún no sé a cuál de mis yos del pasado le llegará esta carta; quizás el Uriel de hace diez años atrás, el del año pasado, o bien el de hace una hora atrás. Es difícil saberlo, el tiempo es como un lago congelado; estático por fuera, vivo por dentro. A quien le llegue esto, que sepa que no fue por la situación. Hay una pandemia, pero no dejamos de sonreír por el aislamiento o por llevar un cubrebocas. Hubo algo.


No es tu tarea descubrir cada pista, sé que lo dejarás cuando te aburras o se te olvide, como aquel libro de ciencia ficción. ¿Cómo dijiste que se llama, Hyperion? No te preocupes, no te haré ningún spoiler, sigo sin terminar de leerlo. Quizá el Uriel del futuro tampoco, quien sabe. Si tenemos suerte, no nos escribirá. De lo contrario, Ah…la tristeza que hunde nuestro pecho hasta consumirnos.


Tenemos que evitarlo. Ahora mismo te escribo desde las sombras, la única luz que existe es la pantalla de mi celular, ni la luna se asoma a ver nuestra tragedia. Solo estamos tú y yo en esto. Y es por eso que te escribo. Dimos palabras de consuelo a viejos amigos y amores perdidos, pero ahora nadie nos devuelve el favor. No porque no puedan, si no porque no sabemos como expresarlo. Solo tú y yo nos entendemos. Pasáremos por muchas cosas, desconfiaremos de nuestra familia y amigos, dudaremos de nuestras costumbres, pero no te aísles. Sí, ya lo recuerdo. Fue eso. Poco a poco nos desfragmentamos hasta ser una pieza que ya no encajaba con las demás.


Te diré cómo estarán las cosas. Perderás una querida amiga, un familiar tuyo morirá, dejarás de hacer ejercicio, no tendrás gusto al leer, jugar, y escribir, y dormir te será la única forma de pasar el tiempo. No quiero que te entrenes para esos obstáculos, comete esos errores y aprende de ellos. Pero no te des por vencido. Sufre lo que tengas que sufrir, mas no culpes a nadie de las desfortunas de tu día a día. Aprende. Ah, sé que nos gusta aprender, no permitas que nos quiten eso. Aprende, se curioso, y si no encuentras a alguien con quien hablar acerca de un tema que te vuelve loco, me tienes a mi. Solo, por favor, no te desvanezcas.


No te prometo que tendremos novia, o que nuestros chistes malos e inoportunos se vuelvan buenos y sutiles, pero nos tendremos el uno al otro, más tiempo que antes. Quien sabe, quizá mañana me despierte de buenas, con espera de una carta tuya contándome que lo conseguiste. ¿O sabes qué? Si no tienes tiempo para escribir, porque estarás por ahí jugando al Final Fantasy XIV (Ah, extraño ese juego), conque me he vea al espejo y sonría de forma espontánea, será cuando lo sepa; cuando recuperamos nuestra confianza.


Espero que jamás pierdas esa increíble forma de ver las cosas. Citando a nuestro escritor favorito (A quien me niego nombrar, que los ojos curiosos se queden con la duda): “You are the only you”


P.D: Sé que esto va contra las reglas de espacio tiempo y contra nuestra filosofía de no evitar nuestros propios errores, pero, un domingo por la noche te mandarán por leche, NO VAYAS A LA TIENDITA DE LA ESQUINA, vete al Oxxo si quieres, tu estómago te lo agradecerá.


Tú presente amigo, Uriel.

 

1 visualización0 comentarios

Comments


bottom of page